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lunes, 4 de febrero de 2008

Ciudadela y Floresta: barrios de malvivientes

En el área suroeste de la ciudad de San Miguel de Tucumán se encuentran dos barrios importantes en su extensión y en su influencia en la sociedad tucumana: Ciudadela y Floresta. Respondiendo a las características esenciales de todas las zonas en Tucumán: mitad casas importantes, ambiciosas, prometedoras de clase media de buena educación y mitad villa miseria, ranchos, conventillos, caederos, bulos de clase baja piquetera y politiquera. Cabe aclarar que ésta última descripción de la villa, no corresponde a aquella clase baja que el mundo conocía como "los desprotegidos", los "sin techo" o los "menos beneficiados", ya que este grupo social goza hoy de todas las comodidades que el trabajador honrado no logra tener sino después de varios meses de trabajo fulltime y posterior endeudamiento de por vida. Y con esto me refiero a ocupantes de viviendas precarias, con piso de tierra, un ambiente de descanso para compartir entre 12 personas y la ausencia de todas las comidas que necesita un ser humano en el día, pero sí cuentan con celulares de última generación: ninguno de menos de $1000 (mil pesos) con cámara de fotos, de filmar, flash incorporado, mp3, sms ilimitados, pantalla digital, etc,etc, zapatillas nike de uso específico para deportes de alto impacto de no menos de $380 (trescientos ochenta pesos), Tv 29' pantalla plana con home, motocicletas a estrenar sin patentes, bebidas alcohólicas a toda hora y muchas cosas más y resulta que todo esto lo consiguen con sólo estar sentados toda la siesta, toda la tarde y toda la noche (por la mañana No, porque duermen). Trabajo no poseen, aunque la mayoría oscila en la franja de 18 a 38 años, pero sí cobran planes trabajar y jefes de hogar. ¿Una maravilla no?
El caso es que, la otra parte de la población, aquélla que se creyó el cuento de que trabajando y educándose era la mejor manera de transitar el camino del progreso económico, al equilibrio moral y espiritual y a la contribuición del bienestar social, viven atrincherados, encerrados, enrejados, con sistemas de alarma de monitoreo, atemorizados por sus propios vecinos.
Ciudadela y Floresta, cuna de vagos y malvivientes, posee la particularidad de la vida nocturna, las cumbias, los partidos del "santo", los hurtos permanentes, las violaciones de domicilio, los asaltos a conductores, los niños jugando después de la medianoche en las calles, los menores drogándose en las veredas de sus vecinos (los vecinos que trabajan), los mayores emborrachándose a toda hora en la vía pública, como modelos a seguir de toda la "prole" que se encargan de engendrar y al mismo tiempo de abandonar; el vandalismo de bienes ajenos, los carteristas, los arrebatadores, falsos taxistas, la basura desparramada y los afiches políticos.
Pero... ¿Cuándo se puede descansar de esta gente? Una o dos veces al mes, cuando van a cumplir con su única obligación y son convocados a la marcha piquetera de turno por su "puntero barrial".